Sin agenda y sin planificación, decidimos ir a Blegny. Cerca de Lieja.
Algunos se preguntarán qué hay ahí, pues una de las 4 aunténticas minas de carbón de Europa. Reconocida en 2012 como patrimonio de la humanidad.
Combinamos paseo con cultura. Una visita muy interesante. El guía que tuvimos, merece un premio. Es el mejor guía que he tenido en la vida y visitas guiadas he hecho unas cuantas. Era un antiguo mecánico de minas, no de esa, de una en Limburgo porque es de Limgurgo y va a Blegny para hacer la visita en neerlandés. Mezcló la información con su experiencia y la de su familia, lo que hace todo más cercano. Con un humor, yo no me había reído tanto desde hace un tiempo. Así que solo por eso mereció la pena ir hasta allí.
En el grupo había varios niños, lo que hizo la visita más enriquecedora. Ver como lo viven y como reaccionan, y su lógica en las preguntas y respuestas. También para que comprendan y nosotros recordemos, lo duro que era y es el trabajo en las minas, que los niños de 8 años iban a trabajar a las minas hasta no hace tanto tiempo y que todavía en el mundo esto pasa.
Lo de comer también es importante, aunque está vez comimos algo rápido en De brasserie «Le Puits sans faim» antes de entrar en la mina.
Nosotros volvimos después de la visita, pero se puede combinar con una visita a Lieja. Un sitio curioso que merece la pena ser visitado.
¿Alguien la ha visitado alguna vez? ¿Qué tal?
Visitó a Blegny hace unos 15 años y puedo decir que era muy interesante. Pudímos bajar en una galería y me recuerdo que pudímos oír el ruido de las máquinas como a la época. Trabajar con poca luz, a veces todo un día acostado debía ser difícil para esta gente ¡sin hablar del aire que debían respirar !
yo también visité esta mina de carbón hace 25 años (1993 ) en companía de mi esposa y un sobrino de diez años. Nos gustaba mucho. Supongo que en el ínterin muchas cosas han cambiado (pantallas táctiles, programas interactivos , la promoción de una cerveza regional,..etcétera ). Me recuerdo sobre todo el ruido ensordecedor y los pasillos estrechos.Trabajar en la mina, no hay que negarlo ,acorta la vida de los mineros .
Pues, parece que no ha cambiado mucho desde cuando fuiste, Chris. No hay nada de pantallas ni programas interactivos, de ahí que la visita con el guía sea imprescindible. Lo de la cerveza no sé, ya que con el frío que tenía solo me apetecía una leche caliente con chocolate.
Claro, Rita. Ya nos comentó el guía que muchos mineros se quedaban sordos, tenían muchos problemas de huesos debido a la vibración de las máquinas, sin olvidar la silicosis.
Visité el sitio hace más de 20 años. Es un lugar en el que pudimos comprender lo que era el trabajo duro y difícil en la mina. De verdad el ruido causado por las máquinas era ensordecedor y al salir, teníamos una buena idea sobre la vida cotidiana de los trabajadores.
Rose
Gracias Rose por tu comentario.